domingo, 6 de abril de 2014

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Hace casi diez años, decidí convertirme en una viajera empedernida. Decidí despojarme de la visión regional del mundo que me proporcionaba el no salir de casa, de la isla. Desde ese entonces son muchas las historias vividas, los amigos conocidos, las calles caminadas, las risas compartidas. No se puede ser la misma mujer después de tanta cosa buena y cosa mala.
Después de vivir en República Dominicana, Estados Unidos y España, mis dos pies están asentados en Turquía, la mística. Llevo 8 meses embarcada en esta aventura islámica llena de contradicciones que no sé si llegaré a comprender para cuando acabe la aventura.
Debo decir que es el país al que más me ha costado adaptarme y sentirme como en casa. Digamos que no es su gente pero si lo es, no es su comida pero si lo es. Echémosle la culpa al paisaje, sí, eso, al paisaje, aunque hay algunas vistas que si que valen...




A diferencia de los tres países anteriores, en mi opinión la religión define la vida y el pensamiento de los turcos. Es su pan de cada día. Aún así la sociedad está llena de contradicciones y por supuesto conservadurismos extremos y un gobierno amado y odiado por el pueblo. No hay duda de por qué siento el mismo sentimiento hacia el país, amor y odio, aunque yo no lo llamaría amor, no sé... costumbre.

De nuestros países occidentales hay mucho diferente, para empezar y lo más distintivo para mí son las mujeres con el pelo y el cuerpo cubierto. Provoca mucho respeto que una persona ante cualquier clima se someta a dicha costumbre, y es la primera cosa distintiva de la cultura.
Evidentemente desconozco las razones de su uso, por lo tanto entre amigas que lo usan me he dedicado a preguntar. Unas dicen que se cubren porque según su religión deben mostrar su pelo solo a su marido y a su familia, que el pelo es un símbolo íntimo que puede generar provocaciones. Otras dicen que esta escrito en el Corán, que así lo ordena Allah y que no hacerlo puede ser equivalente a ir al infierno.Y unas últimas comentan que es una manera de no llamar la atención, de pasar desapercibidas por el mundo y concentrarse en adorar a su Dios y seguir fielmente los mandatos de la religión. Todo esto me plantea muchas preguntas, sobretodo relacionadas a como las turcas conservadoras se relacionan con el sexo opuesto. Muchas veces he pensado que al prácticamente ni darse besos (al menos en público) la relación puede llegar a ser más "pura". El hombre que decide dedicarse a enamorar a una de estas chicas, no tiene la mínima idea de como es su cuerpo, como es su pelo, como son sus piernas, como se verá esta chica en la playa y etc. El único recurso que cuenta para enamorarse y decidirse a llevarla al altar es su personalidad. Y veo mucho de bueno en eso.

La segunda cosa distintiva son las mezquitas, todo creyente tiene su templo, así que este es el de ellos. En mi opinión, el interior de cualquier mezquita provoca más al recogimiento y a la meditación espiritual que cualquier iglesia. Sus techos circulares, sus decoraciones elaboradas pero sutiles, su silencio, sus pequeñas lámparas y por supuesto la llamada al oración entonada por el Iman. Cinco veces al día escucho desde cualquier lugar la llamada a la oración y es deber de todo musulmán congregarse en el interior de las mezquitas para seguir sus rutinas religiosas siempre postrándose en dirección a la meca.





La primera vez que escuche la llamada a la oración estaba en Estambul, en un café llamado Pierre Loti que se encuentra en una parte alta de la ciudad desde la que se tiene una vista increíble del bósforo y de las mezquitas regadas por doquier. Eran las 8 de la noche y un silencio dominaba la vista, hasta que todas las mezquitas empezaron a hacer su llamado a la oración. Fue un momento sobrecogedor, que aún desconociendo por completo el Islam, sentí una especie de llamado divino.


Pero naturalmente después de 8 meses de escucharlo en la "bella" Ankara pues ya no me provoca ningún estado mágico. La ciudad está llena de gatos y de sombras, de matices de grises, de gas lagrimógeno, de shopping malls y de parques falsos. Ya se van haciendo una idea de cuánto amo la ciudad... :)
Mi mayor fuente de motivación es salir de excursión los fines de semana, perderme por ahí y seguir descubriendo todo a mi alrededor, a la turca. Probar una que otra cosa nueva de la gastronomía, charlar en turco con una u otra señora que vende especias y así por el estilo.
Ya les seguiré contando como marcha la cosa...

5 comentarios:

  1. Me alegra mucho que hayas decidido escribir este blog, gracias por mostrarnos a los que todavía estamos de este lado del mundo tu visión, tus vivencia.... Espero vernos de nuevo algún día en algún lugar del mundo..... Un abrazo desde México

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  2. Pablooo! Un placer para mi que las leas :) Un abrazo grande y con lo "pequeño" que es el mundo y las vueltas que da la vida, seguro seguro que nos vemos! Saludos a Michelle

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  3. Sigue escribiendo, sigue escribiendo.

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  4. Tatiiis esta muy bien que escribas comentarios sobre Turquía que es un país multicultural. La verdad es que observas muy bien y tengo oportunidad para saber los opiniones de una persona de otra nacionalidad. Estoy esperando para otros :) sigue.. ^_^

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  5. congrats Patriciaaa))))You should teach me Spanish for my understanding this blog...

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